domingo, 18 de mayo de 2014

Delicias infantiles

 Igual que los grandes periódicos reservan grandes firmas para sus ediciones dominicales nosotros hacemos lo mismo y volvemos a disfrutar de uno de los relatos de nuestra señorita X.



En el colegio, los niñitos y chiquitas de 4 años se esforzaban afanosa y entusiasmadamente  realizando dibujos libres . La intención y el propósito de la maestra encargada de la biblioteca era establecer un correo interno entre los alumnos. Cada uno de ellos debidamente metidos en sobres irían a los destinatarios elegidos por los autores remitentes. Hasta ahí parecía todo y del todo empresa posible( cosa que jamás se debe afirmar cuando de infantiles se trata). Que ingenua yo, después de tantos años tratando con lo más menudo de la escuela, ilusa. Como suele pasar, la maestra(yo misma) se apasiona y empecina en lograr el buen acabado. Así que, uno por uno, fui preguntándoles a quien deseaban enviar su carta. Ellos, entregados (pobrecillos), como también acostumbran, me sometieron con su mejor voluntad a hacerse entender y yo con mi mejor paciencia a que fueran escribiendo la única palabra que podían, su nombre, en el lugar del sobre adecuado para tal fin ( que por supuesto, para más de veinte resultaba insuficiente, por qué no harán los sobres mas grandes? Por que, Dios mio, por que?"- parafraseando a un no se quien de la radio_). Luego, por pura misericordia, no sé si para con ellos o propia, yo les iba escribiendo de mi puño y letra el destinatario que me iban diciendo. Y aquí que le pregunto a uno y me dice un nombre, por supuesto dando por hecho que yo lo conocía en profundidad (pobrecillos), y al sorprenderle, no menos que si en ese instante hubiera entrado una jirafa vestida de novia a la clase, diciéndole que no sabía de quien me hablaba, le pregunto (saltándoseme ya las lágrimas del esfuerzo) si es de infantil, si de primaria, si estaba en matinal, si de comedor, si rubio o moreno, voy cogiendo pistas pues me dice que regular... Al límite del abandono veo la luz al final del túnel y pido ayuda a una nena, de las mas aventajadas, celebrando ya con cierta precipitación el término de la investigación: Marina, tú sabes quien es fulanito? Sí. Mi ánimo se recupera hasta los límites de la euforia. Tú sabes si es de matinal? Sí. Y está en el comedor? Y antes de responder, disparo : y con qué maestro está? Y muy colaboradora responde para finiquitar: no se si va al comedor pero su maestro ... no se tampoco. Y se fue a jugar.

1 comentario:

  1. Muy bueno seño, el día a día real de la reina del cole. Me encantaría saber la opinión de los plebeyos.

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