Una mínima mención en los informativos de televisión fue todo lo que se le brindó aquel día de agosto. Esperanzada en vano escuché por aquellos días los programas de radio. Igual, en alguno de los que no frecuento oir, le brindaron algún pequeño reportaje, no sé, no he rastreado todo en internet como para certezas. Pero, la verdad, no sería agradecida si no me hubiera sentido defraudada por tanta omisión. Horas y horas de emisión en los medios rellenadas con gente irrelevante y muere un hombre como éste y unos minutillos de pasada, en el mejor de los casos. Así que, aunque este blog tenga un mínimo poder de difusión, a pesar de que no esté , al menos directamente, relacionado con los niños, con la escuela, desoyendo mi intuición del poco interés que suscitará en nuestra comunidad educativa, y contando con su inutilidad, la primera aportación a estos apuntes literarios de este curso no podría ser otra.
A la vera de todas las personas deshauciadas, de una manera u otra, de la sociedad, en mayor o menor medida. Embebido en los textos científicos publicados. En los aledaños de los laboratorios de los investigadores, en los hogares de los raros, a la cabecera de los que padecen, a la escucha de los enfermos, más bien, de las personas enfermas.
Una vida dedicada y ofrecida al conocimiento que persigue el bienestar de las personas con dificultades. Quién mejor que un homosexual, judío, con una infancia tan difícil como intensa, maltratado en la escuela, con la guerra de escenario, quién mejor, y quizás por eso precisamente, para empatizar con los locos, autistas, sordos, ciegos,...
Ese era y es, porque pervive en su obra, Oliver Sacks.
No tuvo bastante con su vida dedicada al estudio y tuvo la gran generosidad de registrar, escribir y publicar todos sus hallazgos científicos y compartir algo más que ciencia, infinidad de emociones propias y ajenas.
Hoy día todo está accesible en la red así que quien quiera curiosear lo tiene fácil. Eludo, pues, nombrar los títulos de sus libros. Incluso detalles y temáticas de los mismos
Se trata, en realidad, para ser exactos, de una mera intención de rendir un modesto homenaje a su persona. La ciencia, la música, la bondad, la generosidad, el trabajo, la natación ( sí, no es una errata), de eso se trata.
Una de las escenas más conmovedoras protagonizada por Robert de Niro ilustra magníficamente uno de sus libros, “ Despertares”. Y representa la carga de emoción de toda su obra, tan técnica como literaria.
Una gran pérdida.
Descanse en paz.