Hoy, tenemos la suerte de volver a contar con nuestra colaboradora, en la sección " apuntes literarios" y nos deja una magnífica reflexión.
No hace muchos días me tropecé con una cita de Jorge Luis Borges que me
hizo reflexionar y de qué manera:
“El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo
imperativo.”
Lo primero que se le viene a una a la cabeza es:!Qué razón tiene! O como
diría nuestra compañera Pilar: “Verdad es”.
Lo segundo es una película antigua que se titula “ El coleccionista” que
ilustra a la perfección la cita en cuanto a lo de amar.
Luego más adelante se enreda una en pensar en otros posibles verbos que
se comportarían de igual manera. Asombrada queda una al comprobar que son un
gran número de ellos y al de leer, amar o soñar siguen otros como olvidar(dónde
quedarían los desamores, los lutos,…), recordar(¡quién pudiera!,bien lo sabe
más de un abuelo), perdonar(¡qué difícil! según qué agravio, bien lo sabe más
de una víctima que está viendo salir a su agresor de la cárcel), adelgazar(je,
je, ¡qué ruina para más de un negocio!), crear(de todos es sabido que a los artistas
jamás gustó trabajar por encargo), llorar(¿a qué las plañideras?), y tantos
otros, supongo.
Y digo yo que qué es eso de un modo verbal al que no se pueden someter
tantos verbos! ¡Esos no son modos!
Al siguiente pensamiento que le dedicas le sigue un estado de ánimo
bastante cercano a la desolación cuando no te queda más remedio que reconocer
que no hay nada que hacer o bien poco se puede hacer respecto a nuestro
incansable propósito profesional de incentivar la lectura en los niños. Siempre
hemos sabido que es difícil,y hoy en día, en la era de la tecnología, quizás
más que nunca; pero leerlo en palabras de Borges…Ay Amor!(la profe), “malos
tiempos para la lírica.”
Por supuesto seguiremos en ello, por supuesto y por dignidad
profesional, y probablemente lo haremos hasta con ilusión, pero…! qué desánimo!
¡No sé qué modos son esos! Insisto.
Siempre me molestó, entristeció y, si el niño era muy próximo, hasta me
enfadó ver a mi alrededor algún adulto mandando a un menor a leer en el momento
más inoportuno e improcedente.Ruego encarecidamente a todo adulto que lea esto
que por favor se abstenga de reproducir situaciones como éstas:
Niño- Estoy “aburrío”
Adulto-Pues ¡anda!, coge un libro y ponte a
leer.
Niño-¿Puedo coger la Play?
Adulto-¡Qué Play ni Play!, lo que tienes
que hacer es ponerte a leer que…”
Si no pudiera abstenerse y fuera superior a sus fuerzas, no lo haga en
mi presencia, quedaría agradecida.
¡Vaya modales!
¿Qué nos queda? Leer con ellos, si se dejan; la lectura acompañada como
yo la llamo estaría bien y quizás sería un valor y aliciente añadido sobretodo
si no comemos con ellos, ni paseamos con ellos, ni podemos acompañarlos al
colegio, ni…en fín…Como plan B, si tampoco les apetece leer juntos, nos queda
leerles, nosotros a ellos; ya sé que se trata de que lean ellos pero…al menos,
si seleccionamos con cautela y precisión los textos escogidos, llegarán sin
duda a disfrutarlos y quizás, algún día, cuando nosotros no lo hagamos, ellos
solos se procuren esos benditos ratitos de lectura, como sólo se debe hacer, de
manera ociosa y placentera. A propósito de esto Oscar Wilde nos dejó una
perlita como ésta:
“Si no podéis disfrutar leyendo un libro repetidas veces, de nada sirve
leerlo ni una sola vez.”
Es el otro extremo,¿no? Costaría imaginárselo obligando o mandando a
leer a su hijo, ¿verdad?
¡Estos no son modos!, desde luego. Antiguamente se estilaba aquello de
“guardar las formas”, cualquiera que pase de los veinte sabe a qué me refiero. Pero,
en lo que a verbos se refiere desde luego, tampoco se guardan mucho. Si mal no
recuerdo las formas no personales de los verbos eran: infinitivo, gerundio y
participio.Quizás el infinitivo tenga cierta coherencia o sensatez:
A ver…: coser---- unir con hilo…
Amar----tener amor a alguien…
Callar----omitir, no decir…
Está claro, define la acción y ya está.
A ver…participio: leído
Soñado
Recordado
También parece claro, acciones ya consumadas.
A ver…gerundio: leyendo
Amando
Soñando
…
Para ciertos verbos sí, acciones en proceso. Pero, por ejemplo, también
escapan a esta forma verbos como “morir”; “muriendo” ¿qué es eso de “se está
muriendo”? O se está a un lado o al otro ¿no?
O “perdiendo”; todo el mundo sabe que algo valioso se puede perder, o
que puede estar perdido, pero ¿ a quién se le perdería un niño en una feria si
pudiera saber cuándo lo está perdiendo? ¡Por Dios!
Está claro que ni los verbos morir ni perder resisten el gerundio.
Posiblemente exista una excepción y usted(leyendo) y yo(escribiendo) podamos
estar perdiendo el tiempo con estas líneas cuando podríamos estar leyendo algo
de interés.