Entre montones descuidados y apilados por azar, lo encontré y rescaté de
lo que sería un irremediable final, el contenedor de papel para
reciclar. Sobre la gran mesa de la sala de profesores resistían todos
ellos, día tras día, esperanzados en una improbable salvación. Algunos
de ellos, de seguro, se sentirían , al respecto, aventajados por su
mayor conservación en su encuadernación, por su actualidad en su título o
por su catalogación infantil, ya que por allí pasábamos muchos con
hijos. Este, sin duda, debía haberlo dado todo por perdido. Sus páginas a
duras penas se mantenían unidas, el color de sus márgenes presentaban
ese color sepia tan despreciado por las manos escrupulosas. Jamás lo fui
y eso me convirtió en su última y única esperanza. Título: "El bosque
animado", autor: Floréz. Procedencia: Biblioteca del colegio.
Las
estanterías pedían hueco y renovación. Oh!, gran descubrimiento. Hacía
tiempo que no leía nada tan delicado. Poesía escrita en prosa.
Magnífico! Esa prosa con tanta lírica me recordó a Platero. Para mi
tranquilidad, comprobé que figuraba entre los libros de la biblioteca de
mi padre, que siendo una joya, no es más que uno de los menores legados
que me dejó, y con esa garantía de optar a su relectura, me deshice del
ejemplar. No fue al contenedor de papel, eso, seguro, hubiera sido como
una traición. Pero, para ser franca, no recuerdo si lo llevé a Betel, a
un mercadillo del instituto de mis hijos o si lo deposité en un banco
urbano. Hay gente sin escrúpulos por doquier, se le abría una nueva
esperanza.
Esperábamos esta sesión, primera de muchas otras, con muchísima ilusión y, no nos ha defraudado, ha sido genial, desde el principio solo se han visto sonrisas y terminamos la clase con multitud de anécdotas que recordar y que, en ocasiones, nos lleva a replantearnos el potencial que cada cual tiene y que a veces solo se saca en situaciones que nos impactan profundamente. Gota y Toffee son los dos perros de agua que han protagonizado esta sesión. Se han dejado acariciar, han subido con los peques a los bancos y han sido llevados por la correa por nuestro alumnado que tenía una cara de satisfacción que compensa todo el trabajo que el equipo del EDOA ha tenido que realizar para conseguir que esta experiencia sea realidad.
La clave del trabajo con perros está en la motivación que provoca en los niños y niñas. Las actividades diarias que se realizamos en el centro: autonomía, socialización, lectoescritura, matemáticas, comunicación…, se hacen más interesantes cuando estamos acompañados por dos perritos encantadores. Se trabaja la integración sensorial, la neuromuscular, la motricidad fina y gruesa, la integración cognitiva, el comportamiento y la conducta, la relación y la interacción social y los componentes psicológicos a través de diferentes actividades guiados orientados en todo momento a las necesidades de cada alumno, siempre con un elemento principal: la relación entre los perros y el alumnado.
Nos sugiere la lectura de " Sólo un pie descalzo", libro del que podemos encontrar información en el blog " Pasen y lean " , que califica al libro como "un libro para leer en voz alta".
El clásico juego de descubrir un enigma, en este caso una palabra, que descubriremos encontrando la relación entre cuatro imágenes.
Al igual que el anterior poco se puede decir. El que les escribe siempre trataba de hacer las sopas de letras antes de que alguien las resolviera y perdieran el interés. En estos tiempos eso ya se puede evitar. 
